viernes, 1 de diciembre de 2017

Seleccionados para la antología "El monstruo era el humano"




“La ciudad del mal” de Rigardo Marquéz Luis
“Ercilio y la casta de Bashira” de Diequ Alri
“El monstruo de Roswell” de Hermes Prous
“C.I.P.” de Matías Bragagnolo
“La máquina” de Jack Elkyon
“Así como don Beto” de Teresa Echeverría
“Belleza” de J. Daniel Pineda
“Número 35” de Zacarías Zurita Sepúlveda
“Primer contacto” de Elena Tejedor Gómez
“El diario de un matarife” de Flor Itzel Torres
“El aroma del caldo de la abuela” de Carlos Carrillo
“El ciempiés humano IV: el elefante humano” de Elmer Ruddenskjrik
“Angélica” de Marian Tobalina
“Debo entrar en ti” de José Martínez Moreno
“Diario de un secuestro” de Jack Elkyon
“Yo soy el monstruo” de M. Floser
“El vampiro de Tartino” de Ernesto Días Alcántara
“La noche de los muertos vivientes” de Jonathan A. Hernández Navarro
“Una nueva belleza” de Pablo Espinoza Bardi
“Silencio” de Zacarías Zurita Sepúlveda
“Edipo Rey” de Damaris Gassón Pacheco
“El Apicultor” de María Larralde
“EL huevo” de Victor Grippoli
“Casta divina” de Ulises Adonay Guzmán
“El sacrificio” de Jorge Esteban Sánchez
“Un coro de ángeles” de César Santivañez
“La humanidad que estábamos buscando” de Manuel Gris
“El lenguaje del olor” de Juan Pablo Cifuentes Palma
“La carnicería” de Kristina Ramos

Imagen de portada: Ricardo de la Cruz

viernes, 7 de julio de 2017


NICTOFILIA VOL. 2: HORROR ERÓTICO

Discurso pronunciado por el Pitufo Sodomita (Carlos Carrillo) en la presentación de Nictofilia N°2, el 1ro de julio del 2017



Quisiera destacar la cruzada de evangelización de todo lo bizarro, grotesco, perverso, lujurioso y blasfemo que viene llevando a cabo Marcia Montesinos a través de Editorial Cthulhu. Y estamos reunidos ahora, “la crema y nata de la depravación”, mis colegas en la carnosa perversidad de la noche eterna… El Doctor Plaga, Pink Tony y Jules Verde… estamos reunidos con motivo de uno de los frutos ponzoñosos, de los muchos que vienen cultivándose en este mismo momento en los pasadizos prohibidos de la editorial: Nictofilia Vol. 2: Dossier de Horror Erótico.

Sobre el dossier blasfemo de Nictofilia, ya lo dijo todo Pink Tony alias Gonzalo del Rosario en el extraordinario editorial “De gore, canibalismo y violaciones”. Agregaría que es una compilación sólida, toda la selección es intensa y te inyecta la locura y la lujuria del horror erótico directo a la vena o, mejor aún, cual enema directo al ano. No hay pausa, no hay reposo, no hay piedad. Lo compararía con el “Reign in blood” de Slayer, así de compacto y conciso.

Resaltaría al cuarteto de hijas de Lilith que participaron en el dossier y que coincidentemente son de la península: María Larralde “Olores”, Laura de la Cruz Martín “Salomé”, Cristina Martínez Carou “Penitencia” y Dolo Espinosa con mi favorito: “Tacto”, que por cierto me recordó una historia del primer número del comic Satanika de Glenn Danzig sobre una biblioteca de libros prohibidos tatuados en los cuerpos de un grupo de adeptos. Otros cuentos: “El ausente” de Rigardo Márquez Ruiz, me recordó a ciertos relatos de Robert Bloch pero más explícito con las sodomizaciones perpetradas por esos espíritus hermafroditas o transgénero que habitan un convento abandonado. Me gustó bastante también “Caídas” de Gonzalo del Rosario con esa atmósfera amazónica y sus horrores sin nombre, encarnizada en una suerte de sirena que busca venganza y la referencia sarcástica a “pecado de obra y de omisión”; y, por supuesto, la marranada suprema de “Cerdorwell con final feliz” de Jules Verde.

Y en cuanto a la referencia en el editorial del Pink Tony sobre los clubes privados de antifaces, al mejor estilo “Ojos bien cerrados (“Eyes wide shut”), que evoca “La dama de la máscara dorada” de Víctor Grippoli, pues corresponde a “la crema y nata de la depravación” aquí reunida formar nuestro propio club. Claro está que sería un cruce entre “Ojos bien cerrados” y “Hostel”, ¿no les parece?

Regresando a la directora de este coro de horrores, tuve el gusto de conocer a Marcia hace poco tiempo e iniciar una colaboración de tintes y tintas depravados desde entonces. De hecho, me ha forzado a salir del estancamiento en el que me encontraba por varios años… 22 años para ser exactos… desde la publicación del libro de cuentos titulado “Para tenerlos bajo llave”.

Justamente, de conversaciones iniciales sobre literatura de terror en nuestro país, llegamos a la conclusión obvia que nos encontramos con muchos libros, muchas obras, pero de contenido “light”: fantasía oscura, con algunas criaturas de la noche en versión “apta para todos”, que resulta ser completamente inocua. Parece terror… pero no lo es.

Y en ese punto radica la misión iniciada por Editorial Cthulhu: Devolver el peligro a la obra de horror, que inspire la más absoluta insanidad y los más aberrantes extravíos, como sucede cuando se leen las mohosas páginas del Necronomicon o, en referencia cinematográfica, la obra del escritor Sutter Cane de la película “En la boca del miedo” (“In the Mouth of Madness"). Recuperar ese componente de horror visceral, salvaje y repugnante, de sustancia carnosa y gelatinosa, explícito en todas sus aristas, que no sólo provoque esa sensación vértigo ante el abismo, sino también arcadas que prácticamente nos lleven a vomitar el alma y exponerla a las descarnadas alimañas de la noche eterna.

Esto me recordó como en algún momento en mi época universitaria, un profesor de lengua (estudié en la UP), luego de leer algún primer cuento previo al libro, me recomendó “Otra vuelta de tuerca” de Henry James. Me dijo que necesitaba insinuar, no ser tan directo. ¡Qué texto más aburrido resultó! Por ahí, decían que “la historia está fuertemente sexualizada”… ¿es en serio? ¡No lo leí así! Para mí los detalles tienen que exponerse en todo su inmundo y purulento esplendor. ¡Yo tengo una mente 666% pornográfica!

Y esa mente pornográfica fue el motor que me llevó a escribir. En realidad, es la clásica anécdota del lector insatisfecho, con la particularidad que se trataba de un lector lovecraftiano que encontraba que esos cuentos de horror cósmico y locura extra dimensional, les faltaba un poco… aunque sea un poquito… de calateo. Lo más cercano fue esa escena de Lavinia Watheley corriendo desnuda a la cima de la montaña donde se llevaría a cabo el ritual con Yog-Sothoth. Ese componente ausente fue incorporado por todos aquellos que continuaron el legado del maestro Howard Philip Lovecraft, empezando por August Derleth y continuando en otras artes como en el cine en las adaptaciones de Stuart Gordon.

Al tiempo que descubrí a HPL, en una feria de libros buscando a Edgar Allan Poe, también me topé con Charles Bukowski y el Divino Marqués. Esos fueron los tres ingredientes que se combinaron para el nacimiento de los cuentos de “Para tenerlos bajo llave”.

Espero no aburrirlos con estas anécdotas de locura ordinaria.

¿Cómo surgen el cuento que presenté para Nictofilia Vol. 2? “Para tenerlos bajo llave” incluye una mujer lobo, entidades de otras dimensiones, espíritus malignos, asesinos en serie, pero siempre me quedó la espina por un cuento de vampiros. Claro está, no el típico y aburrido vampiro de Bram Stoker, sino más bien uno violento y más cercano al nosferatu, al “no muerto” repulsivo que mora en cuevas insoldables o bosques tupidos.

Recuerdo que en algún momento cayó en mis manos un libro titulado “La Historia Natural de los Vampiros” y una de sus secciones estaba dedicada a la leyenda del vampiro en los diferentes continentes. Me llamó la atención una vampiresa de Malasia conocida como la Penanggalan. Esta vampiresa surge de mujeres que sufrieron una maldición o practicaron la magia negra. Su cabeza se desprende del cuerpo quedando los intestinos colgando, los cuales brillan en la oscuridad. Su dieta consiste en bebés y mujeres embarazadas.

Esa imagen es similar a una leyenda andina de la bruja cuya cabeza vuela a pegarse en el cuerpo de un lobo que leí de niño. Años más tarde, la leyenda del death metal, Mortem, rendiría culto a esa entidad en su canción: “Uma, Head of the Witch”.

Y la idea quedó hasta la convocatoria de Nictofilia, cristalizándose en la colaboración con Glauconar Yue: “La chica mas blanca del primer ciclo”, presentando a la hermosa y perturbadora Merhla Amorós. El cuento está ambientado en mi época universitaria a mediados de los 80’s. Por ello, las referencias a las compras de un casete en la Colmena y al Rock in Rio del verano de 1985. También, situé la vivienda de la vampira malaya en los alrededores “del enorme y frondoso Parque Mariscal Ramon Castilla”, cerca de mi alma mater la Universidad del Pacífico. Por supuesto, los intestinos que cuelgan de la cabeza desprendida se mueven como tentáculos de… ya saben cuál fue la fuente de inspiración.


Y como han escuchado en esa serie que están esperando con ansia arranque la nueva temporada: “Porque la noche es oscura y alberga horrores"… horrores viscosos y lascivos agregaría… que esta noche de sábado les sea propicia para sus más oscuras perversiones en nombre de Cthulhu.


jueves, 29 de junio de 2017

De gore, canibalismo y violaciones: una penetración al horror erótico de Nictofilia vol. 2 (Por: Gonzalo Del Rosario)

De gore, canibalismo y violaciones: una 

penetración al horror erótico de Nictofilia

 vol. 2

Por: Gonzalo Del Rosario


Dossier: Horror erótico. Solo leer de qué iba la convocatoria para el segundo número de Nictofilia me estimuló a moldear diversas ideas durante las febriles noches previas a mi viaje para luego escribir ya en Barcelona un nuevo cuento (hacía tiempo que no me aventuraba) y mandarlo a la redacción a pocas horas antes del cierre, o creo que me pasé no sé, pero sumiso les rogué participar mediante un extenso mail: me respondió la editora Marcia, a quien le comuniqué mi agradecimiento fascinado por su iniciativa, ya que vuestra merced (yo) siempre ha sido fan de este tipo de porquería, que adoro.

Sé que Jules Verde también se sintió excitado por esta convocatoria sobre la que compartíamos vía inbox. Siendo nuestro principal cultor del cuento pornográfico en la especialidad de parafilias: coprofilia, zoofilia, pedofilia, necrofilia, urolagnia, sadomasoquismo, sumisión, fetichismo, exhibicionismo, incesto, violaciones, todo lo que quieras, todo lo que tu cuerpo y cerebro esté dispuesto a aceptar, sería un pecado mortal no haberlo incluido. Jorge Torres mandó la coprófila y zoófila Cerdorwell con final feliz, como una brevísima muestra de su giganovela Struendalll que abarca muchos temas y a la vez la nada, y eso es lo más hermoso.

De hecho, es probable que seamos junto al legendario Carlos Carrillo y Glauconar Yue los únicos “peruanos” reunidos en el volumen, y he ahí su principal acierto. El afán internacional de Nictofilia ha reunido bajo llave a esta legión procedente de los rincones más oscuros de Hispanoamérica. La mayoría son de la península (con siete colaboradores) lo que es un indicador de lo sexualmente liberados y/o trastornados que andan hace ya mucho por la Madre Patria; y lo mismo podemos afirmar de los cinco mexicanos publicados. Esto también denota cómo ambos países nos llevan años luz en cuanto a este tipo de revistas bizarras. Completan la terna Colombia, Argentina, Uruguay y Paraguay con un seleccionado cada uno.    

Vamos al barro. Mis cuentos favoritos del libro son El Jachirú del argentino Rogelio Oscar Retuerto y El último prisionero del mexicano Abraham León Chávez. Me interesan por su agilidad, y porque la estructura de ambos responde al cuento clásico de horror. En ese sentido, parecen salidos de aquellas antologías pobremente traducidas de ediciones baratas o pulp, que dado su carácter de paperback, de lecturas para viajar de día, te atrapan, y te saben llevar de la mano hacia un final donde te la aplastan o la desgarran sin asco.

La diferencia es que mientras la temática de El último prisionero se acerca al imaginario del horror estadounidense en la línea de la triada Poe, Lovecraft y King para hablar del ocultismo y la demonología, tema gringo por antonomasia; El Jachirú está más emparentado con las tradiciones y leyendas de los pueblos latinoamericanos y sus bestiarios. En los dos, el clímax se da en la escena coital con un demonio y un monstruo, respectivamente, que son tan estimulantes como venirse dentro de la mujer amada, o como recibir latigazos de la misma.    

Siguiendo estas características propias de la claridad del cuento de horror pulp La dama de la máscara dorada del uruguayo Víctor Grippoli evoca a los clubes privados de antifaces (¿Eyes wide shut?) o sectas de cultos milenaristas con orgías espiritistas incluidas; así también, otras variantes “americanas” son la del grupo juvenil que sale de viaje solo para encontrarse con un destino feroz y aberrante en El ausente, del mexicano Rigardo Márquez; y la incursión en el gore/snuff movie de El hotel latino en un día especial, del también azteca Yair Ayala. Este par debe ser lo más similar a películas porno en medio de un volumen plagado de depravación.   

Además, la narración de Ayala corona la cantidad de canibalismo y gore que cercena la mayoría de los cuentos, como es el caso del protagonista de Olores, de la española María Larralde, cuando no contento con violar a su perra mascota penetra también a sus cachorritos antes de comérselos vivos. Algo similar pasa en La chica más blanca del primer ciclo, de Carlos Carrillo y Glauconar Yue, y su pareja de amantes que discute sobre: “¿Qué crees que te va a pasar si comes carne humana? Es igual de sano que cualquier otra cosa, nada más le tienes miedo” (33).  

Manteniendo el estilo de mutilaciones y sangre a borbotones, la necrofilia dice presente en Salomé, de la española Laura de la Cruz Martín, donde una creyente católica revela su amor por un cura a quien ha decapitado solo para masturbarse con su lengua y labios muertos. Otro sacerdote es el culpable de las pesadillas de la protagonista de Solo sube un poco tu vestido, del colombiano Iván Tovar, la cual de niña sufriera un intento de violación por este, dejándola traumada hasta solo buscar la satisfacción cortando extremidades de los cadáveres de una morgue e introduciéndoselos, acción que también realiza la mujer cuyo nombre titula el cuento Encarnación del español José Ángel Conde, que sí fue ultrajada por un cura, solo que ella se mete en la vagina chorizos hechos con los restos de su cerdo Guapo, con el que se revolcaba desnuda en su charca. Aunque para cerdos mejor el relato de Jules.

Antes de continuar es grato señalar cómo gran parte de las historias describe a ministros de la Iglesia católica como emisarios de la depravación (no creo que la asociación sea gratuita, méritos ostentan desde hace dos mil diecisiete años con tanta tortura y pedofilia). La prueba más notoria ocurre en El ausente, donde espíritus malditos de un convento de monjas ultraja y sodomiza a un grupo de jóvenes mochileros que pretendían grabar un reportaje. Para variar mi cuento Caídas también presenta a un cura de pueblo como antagonista.  
        
Empero, no son la única clase de sacerdotes, así como en El último prisionero y La dama de la máscara dorada, maestros de rituales ocultistas son retratados en Penitencia, de la española Cristina Martínez Carou, quien entrega el relato más homoerótico del conjunto: un viejo mercader usa a un joven virgen para purgar sus pecados en una ceremonia nocturna donde será sodomizado hasta la muerte por unos ángeles que representan a la gula y la lujuria. Lo mismo sucede con Ábreme la puerta, del también español Pedro de Andrés, solo que en este caso un stripper ciego es amante de una bruja que cansada de sus ruegos para que lo tome como su aprendiz transforma su cuerpo en un portal por el cual comunicarse hacia el más allá.

Mención aparte merecen los relatos donde el deseo insaciable de sus personajes se convertirá en su perdición: El ritual sonoro, del mexicano Hugo Casarrubias, habla de una melómana arrecha que consigue un vinilo cuyos sonidos relajantes la conducirán a un viaje astral donde será ultrajada por unos chamanes aztecas, de los cuales no podrá escapar. Sin embargo, la mejor manera de cerrar esta selección de horror erótico es Tacto, de la española Dolo Espinosa. En su historia, lo que parecía un club para erotómanos compulsivos se torna en horror cuando todas las manos que acarician el cuerpo de la ninfómana protagonista, en aquel cuarto oscuro, empiecen a morderla y a despedazarla, así, en medio de sus gritos de placer y/o dolor se da por finalizado este tour de forcé de erotismo criminal.

Sobre la sección de poemas poco puedo opinar siendo yo un humilde narrador de horror erótico. No obstante, en líneas generales debo reconocer que el segundo número de la revista Nictofilia no solo es un lujo por su acabado y la lujuriosa portada debida al inefable Doctor Plaga (aunque parezca un dibujo macabro de sadomasoquismo: ¡son fotos! Eso sí, ojalá cuelguen pronto la sesión entera en la web de Nictofilia o su fanpage), sino también por la lúbrica labor de curaduría editorial de Marcia Morales Montesinos, a quien debo constantes erecciones mediante la lectura pormenorizada y el análisis de estos relatos que secaron mi resaltador debido a la cantidad de penetraciones demoniacas, masturbaciones necrófilas y monstruosas violaciones que he señalado para las futuras generaciones que encuentren este ejemplar en mi biblioteca.

Por eso, lean Nictofilia, y si no sabes qué regalarle a la loca de tu flaca, al jeropaza de tu gil, al más arrecho o arrecha y friki de tus patas, o incluso a tus viejitos, acá tienes una opción que no les será indiferente, y que fácil hasta te lo agradecen, porque para entretenido nada mejor que gore, canibalismo y terror porno, eso es seguro.




    






 
 
 

   

miércoles, 15 de marzo de 2017


NICTOFILIA Nº 2


DOSSIER HORROR ERÓTICO


Revista literaria hispanoamericana de terror


Sin pensarlo, ni planearlo, acá está el segundo número de Nictofilia. Revista literaria hispanoamericana de terror. ¡Así es, con el nombre un poco cambiado! Les explicaré el porqué. Nictofilia nació como un proyecto universitario, para adecuarlo al plan que se nos pedía optamos por hacer una revista literaria de terror y fantasía que reuniera material de escritores latinoamericanos. Pero en vista que tuvimos más alcance del planeado y como recibíamos muchas colaboraciones de escritores españoles, decidimos ampliar nuestros márgenes. Es por ello que en este número además de encontrar escritores latinoamericanos, también tendremos colaboraciones de escritores españoles. Respecto a la temática hemos optado por especializarla o dedicarla al terror en vista que hay mucho menos revistas de terror que de fantasía.
            En este segundo número hemos optado por hacer un dossier temático: HORROR ERÓTICO. Porque sabemos estimados lectores que más de uno siente atracción por esa combinación de terror, repugnancia y erotismo. En este número podrán degustar de una exquisita selección de relatos y poesías donde los espíritus sedientos de sexo, la necrofilia, la zoofilia, extraños rituales orgiásticos, mucha monstruosidad y lascivia están a la orden del día. Así que recomendamos despojarse de toda moralidad y solo así pasar y leer.
            Debo mencionar que esta revista no sería posible sin el aporte de los diecisiete escritores que han colaborado con este número: Carlos Carrillo, Glauconar Yue, María Larralde, Rogelio Oscar Retuerto, Víctor Grippoli, Pedro P. de Andrés Correas, Gonzalo Del Rosario, Rigardo Márquez Luis, Iván W Tovar, Jorge Torres, R. Yair Ayala M., Cristina Martínez Carou, Hugo Casarrubias, Abraham León Chávez, José Angel Conde, Laura de la Cruz Martín y Dolo Espinosa. Mi gratitud va con todos ellos, que nos han regalado sus más perversas pesadillas hechas letras.
Tampoco sería posible sin el arduo apoyo y trabajo de nuestro codirector Denys Aire.
Y no podría terminar sin agradecer la labor que han desempeñado Hugo Luque (Doctor Plaga) y Alexander Gonzales en la realización de la portada de este número. Hugo quien se encargó íntegramente de la confección de los trajes de nuestros modelos y del maquillaje, además del concepto. Por su parte Alexander y su profesional trabajo en el área fotográfica. 

Marcia Morales Montesinos

Directora




NICTOFILIA Nº 2: DOSSIER HORROR ERÓTICO
Revista literaria hispanoamericana de terror
Editorial Cthulhu
Año 02 - N° 02: Julio 2017
Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2016-08639
Email: revistaliterarianictofilia@gmail.com
Dirección: Marcia Morales Montesinos
Codirección: Denys Aire dávalos
Dirección: Marcia Morales Montesinos
Codirección: Denys Aire Davalos
Trajes, maquillaje de los modelos y concepto de portada: Hugo Luque (Doctor Plaga)
Fotografía: Alexander Gonzales (Mummrana)
Modelos de portada: Jazmin Doux y Daniel Montecinos
Diagramación: Denys Aire Dávalos

Sumario:

“Editorial” por Marcia Morales Montesinos

CUENTO
“Caídas” de Gonzalo Del Rosario
“Olores” por María Larralde
“El Jachirú” por Rogelio Oscar Retuerto
“El último prisionero” por Abraham León Chávez
“La chica más blanca del primer ciclo” por Carlos Carrillo y Glauconar Yue
“CeRdoRwEll” con final feliz por Jorge Torres
“La dama de la máscara dorada” por Víctor Grippoli
“Salomé” por Laura de la Cruz Martín
“El ausente” de Rigardo Márquez Luis
“Solo sube un poco tu vestido” de Iván W Tovar
“Encarnación” de José Ángel Conde
“El Hotel Latino en un día especial” de R. Yair Ayala M.
“El ritual sonoro” de Hugo Casarrubias
“Penitencia” de Cristina Martínez Carou
“Ábreme la puerta” de Pedro de Andrés Correas
“Tacto” de Dolo Espinosa

POESÍA
“Femera Fembra” de Diego Giménez Salas
“La Machine” de José Ángel Conde
“Corazón de vampiro” de Dante Vázquez M.
“Noches en escarlata” de Brian Gonzalez